Por: Julio Schiappa
Aventureros sin dinero, hijos de algo que creen que el
apellido conquista, emprendedores de los buenos y de los truchos, son los
candidatos que reflejan a nuestra sociedad en proceso de cambio y de crisis.
Estos postulantes esperan que el Dios del Perú, Inti milagrero, produzca el
hecho mágico que los salve de todas sus penitas, en el mes de Febrero, para
inclinar la carreta electoral a su favor.
El outsider en que estos candidatos esperan convertirse, es
un mito urbano electoral. Esta vez no pasará, no habrá outsiders que surjan de
la nada para ser Fujimori II o maestros de la esgrima comunicativa que pongan a
un burro como graduado de Harvard. Todas las encuestas lo dicen, los peruanos
no quieren riesgo, quieren soluciones que funcionen, especialmente la nueva
clase media que ha crecido enormemente.
Un error central de varias campañas es que la mayoría de los
candidatos no le hablan de la vida cotidiana y de sus esperanzas familiares a
estos nuevos electores. Según el INEI por lo menos 46% de los electores son de
clase media, eran 22% hace cinco años. Enorme cambio demográfico y económico , debido
al crecimiento del país. Este es el turbión social que puede poner en el poder
al próximo Presidente.
La clase media quiere que el progreso continúe, que el país
se haga más rico con más reparto de beneficios al pueblo, que uno pueda hacer
su panadería sin que te acribillen con multas las municipalidades. Están hartos
que les roben en sus tiendas, talleres, negocios y mercados. Neutralizar el
delito con fuego concentrado en 138 distritos (el Perú tiene mas de 1,800), invadidos
por criminales, es una de las propuestas claves para ganar a este sector.
Como la ola amarilla de Castañeda que barrió con sus rivales
el 2014,o la de Toledo el 2001, en situaciones de crisis los electores buscan
un salvador y pueden alinearse rápidamente detrás de un líder carismático al
decidir su voto.
¿Quién es ese Salvador? Apuesto un chifa (perdón un menú, son
tiempos de recesión) que no será un outsider, que representa el riesgo, sino un
líder cuajado y con experiencia de gobierno.
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