miércoles, 24 de abril de 2013

COMO ROBAN LOS KICHNER








Argentina: El Secreto de sus Robos
Por: Fabian Ferrant

Tras Carrió y Lanata, Alderete prendió el ventilador

Veníamos del impacto de Lanata, y de las reafirmaciones de Carrió. Estábamos pulsando la repercusión popular, comprobando la indignación y asombro de la gente, cuando casi de casualidad nos topamos, en la noche del 15 de Abril de 2013, con una inesperada entrevista por videoconferencia de twitter, tanto o más reveladora que todo lo anterior.

En la noche del lunes asistimos a un videoreportaje que el periodista Héctor Yemmile realizó a Héctor Alderete, director del portal informativo Seprin.com.

Alderete es un viejo conocido de quienes transitamos hace mucho la Internet. Es uno de los principales referentes del periodismo político virtual, y cuenta con numerosas fuentes de información provenientes de los más diversos ámbitos de la vida nacional, entre las que se encuentran, como corresponde a todo periodista de investigación, gente de la cocina oficial y de los servicios de inteligencia.

En realidad, no dijo Héctor Alderete nada que no se haya encargado de publicar previamente, a lo largo de los años, desde el 2003 a la fecha; pero cuando toda esa información se recibe de manera conjunta en una entrevista bien conducida, tal como la que Yemmile realizó, la catarata de datos volcados se vuelve abrumadora.
"Si lo que viste con Lanata te conmocionó, el ventilador que encendió Alderete, desde twitter, te va a erizar la piel....."

Declarando poseer las evidencias de todo lo que contó, en forma de grabaciones, videos, documentaciones varias e imágenes, Alderete le vino a poner el background imprescindible a la trama de la corrupción kirchnerista; un iceberg cuya punta se había encargado de mostrar Jorge Lanata en su programa del domingo 14 de Abril, por Canal 13.


Cristina Kirchner y la corrupción

Implica HA que la presidente Cristina Kirchner no es, ni tiene modo de ser, ajena a toda la trama de corrupción, y la asociación ilícita que conducía su extinto marido Néstor Kirchner.

Coincide con la versión de Elisa Carrió, puesto que la hoy presidente siempre estuvo en el núcleo de los negociados del poder, desde las tempranas épocas de Santa Cruz, donde se gestó el sistema de acumulación, extorsión y cooptación, que luego fuera trasladado a la nación.

Probablemente CFK no estuviera al tanto de las verdaderas cifras que Kirchner había robado, pero conocía que se estaba realizando una sustracción y acumulación de fondos monstruosa, de cuya precisa magnitud tomó nota definitiva, al fallecimiento de Néstor, en 2010.

Que en aquél momento, los dos principales operadores de Kirchner, Cristóbal López y Lázaro Báez, debieron rendir clara cuenta de los millonarios fondos que le administraban a Néstor, su locación y monto. Que Báez lo hizo sin protesto, pero que Cristóbal López aparentemente retaceó información, lo que le acarreó una temporaria enemistad con CFK, luego superada.

Se relataron anécdotas que pintan un poco mejor, tanto a la operativa, como a los operadores, como aquella que dice que Daniel Hadad fue obligado a vender sus medios a Cristóbal López, al cabo de una reunión entre el empresario y la presidente, donde CFK le dijo "Hadad, yo no le estoy pidiendo que le venda sus medios a Cristóbal, se lo estoy exigiendo".

Al cabo de una balacera sobre el local donde se festejaba el cumpleaños de la esposa de Hadad, y la nunca aclarada caída del helicópero de C5N, en Vlla Martelli, Hadad vendió C5N y Radio 10, y terminó eyectado del círculo de influencia mediática.

Se relató, también, el episodio de la expulsión de Martín Redrado como director del Banco Central de la Argentina, a principios del año 2010.

Aparentemente Redrado, desde su función, advirtió una operación de lavado de 7 millones de dólares mediante el Banco Columbia, el mismo que aparece implicado en la denuncia de Lanata sobre el caso Kirchner - Lázaro Baez - Fariña, y a raíz de eso fue separado del central.

El mismo Banco Columbia mediante el cual, en palabras de Alderete, se llegaron a falsificar títulos de la deuda externa argentina, en una operación que implicó a un pariente del ex senador Pampuro.

Expresó HA que el Grupo Plaza, el de los Cirigliano, irrefutable actor responsable en la tragedia de Once, no es, en realidad, una empresa propiedad del grupo Cirigliano, sino de Cristina Kirchner. De ahí el silencio abrumador y la inacción de la presidente, cuando ocurrió la tragedia.

"El Grupo Plaza es una empresa de Cristina Kirchner..."
Fue claro cuando dijo : "Menem te robaba y se quedaba con el porcentaje; estos directamente se quedan con la empresa".

Detalló el financiamiento de la campaña presidencial de 2007, con dinero de la droga, (Cartel de Sinaloa) y mediante las mafias de los medicamentos; explicó que los cheques que el asesinado Sebastián Forza entregó como aportes de campaña, nunca fueron pagados por el banco, que los rechazó; pero que en la contabilidad de la campaña de Cristina Kirchner aparecen como percibidos..... qué dinero se hizo ingresar en carácter de aporte por cheques rechazados si no fue dinero negro?

Contó que el negocio con el narcotráfico consiste en alquilar las rutas de entrada y distribución, minimizando controles, y ejemplificó con la falta de radarización de fronteras por parte de Nilda Garré. Que los insuficientes radares existentes forman una barrera que debe ser desplazada periódicamente, pero que esto no puede hacerse sin expreso consentimiento previo del ministerio de Defensa. Conclusiones a cargo del lector.

Que al ministro Julio de Vido le dícen "Celular", porque para hablar con él primero hay que ponerle el 15...

La bóveda del tesoro de Néstor Kirchner


Alderete dió detalles de lo que Jorge Asís llama el "Fort Knox", y que consistiría nada menos que en una bóveda al estilo de Rico McPato, que Néstor Kirchner hizo construir en una de sus propiedades en el sur.

"A Kirchner le gustaba tocar la plata..."
Que a Kirchner le gustaba "tocar la plata", y entonces, cuando se hicieron refacciones de importancia en el Banco Hipotecario de Santa Cruz, Kirchner hizo transportar la vieja bóveda a su propiedad, para que allí fuera instalada.

Que en Rio Gallegos esto no es un secreto prácticamente para nadie, porque la trasladaron sin siquiera tomar recaudos, y a la vista de cualquiera.

Que los fondos que iban a parar a ese destino provenían de múltiples fuentes: Los contratos de obra pública, los retornos de subsidios a empresas de servicios, las extorsiones (HA cuenta que Néstor Kirchner directamente mandaba a "chupar" los correos electrónicos de empresarios importantes para luego extorsionarlos), la minería, los fideicomisos con Venezuela y las múltiples empresas que, por una u otra via, terminaron en poder del Grupo Kirchner.

Que Ernesto Clarence era el principal recaudador kirchnerista en el sur, y que fue el ideólogo del método de acumular todo en billetes de 500 euros, de modo tal de poder almacenar mejor y en menor espacio la indescriptible cantidad de fondos que se iban acumulando, como así también para hacer menos bulto cuando se debía sacar dinero del país, en la operatoria que detalló, con Lanata, el operador Fariña. De ahí el asunto de que la plata, antes que contarla, directamente la pesaran.

Que para cambiar en euros la enorme cantidad de dinero que el kirchnerismo robaba, las financieras debían pedir, al exterior, inusuales remesas de billetes de 500 euros.

Y que como el billete de 500 es el preferido para realizar operaciones de lavado de dinero, narcotráfico y terrorismo, se disparó una investigación del GAFI (Grupo de acción financiera en contra del lavado de dinero) sobre la Argentina, porque no se entendía que ese país, poco tiempo atrás formalmente declarado en default, estuviera demandando semejantes sumas de los billetes de la más alta denominación.

HA detalló que el SIN (Servicio de Inteligencia Naval) fue casi totalmente desmantelado por Horacio Verbitsky, precisamente por haber descubierto la existencia y la locación de esta bóveda del tesoro de Néstor Kirchner, en Rio Gallegos.

Dijo también algo que muchos sabemos, pero que el gran público debe conocer de forma imperativa: La Argentina, desde la muerte de Néstor Kirchner, es manejada por Carlos Zannini y Horacio Verbitsky. Que Cristina Kirchner está para otros asuntos, y arrastra las penurias de una compleja patología, aquella de la que dio cuenta la Revista Noticias hace ya varios años, que la lleva a estar casi presa de su medicación y de las características de su enfermedad. (Ampliaremos).

Armando el Rompecabezas

Fue demasiado el cúmulo de información vertido por Alderete y Yemmi, y no podemos arribar al fin de esta nota sin destacar algunas otras cosas importantes, como que a periodistas como Facundo Pastor, Jorge Rial, Rolando Graña y muchos otros los compró oportunamente la SIDE, cosa que no pueden hacer con Jorge Lanata, porque está haciendo lo que hace a causa de padecer una enfermedad que le impide estimar cuánto tiempo realmente le queda de vida. Alderete dijo directamente que lo de Lanata tenía connotaciones de acto de patriotismo. No es un dato menor.

Que Irán tiene la bomba atómica gracias a la tecnología que Argentina le ha hecho llegar, via Venezuela, y que ese es uno de los principales enconos de la dirigencia israelita en el caso del memorándum de entendimiento con el país que quiere y puede destruir al estado de Israel, de parte del gobierno que le proporcionó la tecnología necesaria para lograrlo.

Que el Kirchnerismo es una auténtica mafia, pero no al estilo de la mafia italiana o la neoyorquina, sino más parecida a la mafia rusa, los ex KGB, sin códigos ni límites, y capaces de hacer absolutamente cualquier cosa con tal de mantener el poder.

Que fiscales y jueces conocen absolutamente TODO lo que se relató y lo que circula, pero que, lisa y llanamente, tienen miedo.

Si usted toma el informe presentado por Jorge Lanata, junto a lo denunciado y explicado por Elisa Carrió, y estas afirmaciones de Héctor Alderete, en su entrevista con Héctor Yemmi, probablemente pueda armar casi en su totalidad el puzzle de la corrupción kirchnerista, tener idea de los verdaderos montos que esta gente ha llegado a robar, y entender un poco mejor la magnitud del tema que detonará, o la irreversible caída de este modelo siniestro, o el fin de la República Argentina como la hemos conocido.

Podrá, asimismo, comprender cuáles fueron los verdaderos motivos que llevaron a Cristina Kirchner a entablar auténticas guerras de destrucción de la prensa independiente y, más recientemente, de la justicia no adicta.

Había que hacer callar a los que podían develar sus delitos, y había que poder manejar a los que los pueden mandar a la cárcel y confiscarles bienes y caudales mal habidos.

Las cartas están sobre la mesa, y la verdad sobre lo que durante tanto tiempo se ocultó, o se sugirió de forma aislada, hoy está al alcance de cualquiera que quiera conocerla.

Están los testimonios, están las voces y están los protagonistas. Elisa Carrió fue sumamente clara cuando dijo "Es el robo más grande de la historia de este país".

O son los decentes, los que se yerguen desde el deber patriótico y le ponen coto legal a esta locura, o este sitio del mundo terminará siendo, en no mucho tiempo más, otra Pompeya; destruída y enterrada por un Vesubio de corrupción.




martes, 23 de abril de 2013

Si de veras nos había salvado la revolución de Thatcher, ¿por qué está hoy Gran Bretaña hecha un desastre?

 Editorial:
 Al únísono se nos ha presentado a Margaret Thatcher como un heroína del Siglo XX, mentora del pensamientio único en economía. Si bien sus gobiernos destrabaron políticamente el capitalismo de bienestar, los efectos devastadores de su paso fueron como el caballo de Atila: por donde ella pasó no creció mas el empleo ni mejoró la vida de las gentes.El título lo dice todo en este artículo de Will Hutton, quien desmenuza la verdad cruel sobre el thatcherismo económico.
Julio Schiappa Pietra-Editor

Will Hutton es un analista económico que escribe regularmente en el semanario británico The Observer.

Fuente: The Observer, 14 de abril de 2013

La emperatriz está desnuda, o por los menos no lleva las prendas con las que tantos quieren adornarla. Pese a todas las alabanzas, Thatcher no detuvo el declive económico británico, no impulsó una transformación económica ni salvó a Gran Bretaña. Sí consiguió, es verdad, reasentar la capacidad de gobierno del Estado británico. Pero luego, si bien quiso provocar una segunda revolución industrial y una oleada de nuevos productores británicos, utilizó la autoridad del Estado recién recobrada para empeorar las mismas debilidades que nos habían acosado durante decenios. El debate nacional de los últimos seis días ha sido un engaño. Si la revolución de Thatcher hubiera sido una transformación de ese calibre, nuestra situación actual no sería tan aguda.  

En los veinte años anteriores a 1979, la tasa de crecimiento de Gran Bretaña fue de una media de 2,75%, aunque se había ido debilitando conforme iban apareciendo los males de mediados de los años 70. En los años anteriores a la crisis bancaria, se produjo un controvertido debate sobre si las reformas de Thatcher, que en lo esencial ni Blair ni Brown pusieron en tela de juicio, habían tenido éxito en devolver el crecimiento a largo plazo a los niveles previos. Desde luego, la brecha en la renta per cápita entre Gran Bretaña, Francia y Alemania se había estrechado, como, aparentemente, había sucedido con la brecha de productividad.

La cuestión es si algo de esto resultaba sostenible. Hoy se reconoce cada vez más y con consternación que en los últimos 30 años ha habido demasiado crecimiento basado en una burbuja insostenible de crédito, banca y propiedad, y que la verdadera tasa de crecimiento a largo plazo de Gran Bretaña ha caído aproximadamente a un 2%. La brecha de productividad se está ensanchando. Toda ese incremento de la desigualdad, la increíble remuneración de los ejecutivos, la privatización al por mayor, el romper "las cadenas de las empresas" y la flexibilidad del mercado laboral no ha conseguido nada perdurable.

Darse amargamente cuenta de esto es algo que se ha ido agudizando durante varios meses en círculos no conservadores. La libra ha caído un 20% en términos reales desde 2008, y sin embargo la respuesta de nuestro sector de exportación a la ventaja competitiva más sostenida desde que salimos del patrón oro ha sido desastrosamente endeble. El déficit comercial en bienes de Gran Bretaña saltó a un 6.9% del PIB en 2012 – el mayor desde 1948 – y las cifras de febrero fueron tan malas como un cataclismo. Sencillamente, Gran Bretaña no dispone de suficientes empresas que creen bienes e incluso servicios que el resto del mundo quiera comprar, pese a la devaluación.

La legión de apologetas de Thatcher sostiene que apenas se le puede culpar de lo que está sucediendo 23 años después de que abandonara su cargo. Pero las transformaciones económicas deberían ser duraderas, ¿no es cierto? El thatcherismo no lo consiguió porque al capitalismo dinámico se llega a través de una interacción mucho más sutil. Nunca entendió que se necesita un ecosistema complejo de instituciones públicas y privadas para apoyar que se corran riesgos, la creación de redes abiertas de innovación, una inversión sostenida a largo plazo y un capital humano sofisticado. Al creer en la magia de los mercados y la inevitable destructividad del Estado, nunca encaró estas cuestiones centrales. En cambio, se elevó de manera regular la demanda de altos rendimientos financieros durante su mandato de gobierno, junto a las remuneraciones de los ejecutivos, aun cuando se hundían la inversión y la innovación. Y estas tendencias continuaron porque ninguno de sus sucesores se atrevió a poner en tela de juicio lo que ella había empezado.  

Por el contrario, sus objetivos fueron los sindicatos y la empresa de propiedad estatal dentro del proyecto ideológico de una brutalidad que afirmaba la primacía de los mercados y el sector privado, y de ese modo una hegemonía conservadora, en nombre de un feroz patriotismo. Esto resultaba bastante real: quería de verdad volver poner a Gran Bretaña en el mapa económica y políticamente, y la fuerza especial que zarpó hacia las Malvinas encarnaba la intensidad de ese impulso. Pero no consiguió sacarlo adelante, como hasta ella misma reconoció en sus momentos más honestos una vez fuera del poder.  

A los sindicatos les hacía falta desde luego el tratamiento dispensado por Thatcher en lo que se refiere a acatar tanto el imperio de la ley como la necesidad de responsabilidades junto a sus derechos. Pero empresas, accionistas, bancos y finanzas más en general necesitaban también este tratamiento. Sólo que, tratándose de "su gente" y parte de la alianza hegemónica que se proponía crear, nunca probarían esa misma medicina. Por el contrario, su Big Bang de 1986, que permitió a bancos de todo el mundo combinar en Londres la banca comercial y de inversión fue un gigantesco trato de favor para complacer a su propia base electoral. Gran Bretaña se convirtió en el centro de un “boom” financiero global, pero eso vino a significar en el país una intensificación de la disfuncionalidad del sistema financiero, ayudada por la escasa regulación y un auge del crédito contraproducente, empeorando el cortoplacismo antiinversión que hacía falta reformar. Esto les resulta hoy evidente a todos. Pero durante casi 30 años, el aparente éxito del thatcherismo ocultó esa necesidad.

Sin embargo, en un sentido riguroso, los sindicatos constituían un blanco adecuado. Hacia finales de los años 70, un puñado de dirigentes sindicales codirigían en efecto el país, beneficiarios del fracaso de sucesivos gobiernos a la hora de encuadrar la libre negociación colectiva dentro de un marco legal. Y ello pese al hecho de que no conseguían que sus miembros se avinieran a las medidas políticas acordadas, y se había derrumbado el tercer año de una política de rentas. En esta cuestión, el Partido Laborista se encontraba intelectualmente agotado y políticamente en bancarrota; el gobierno conservador de Heath también había sido derrotado. Se había convertido en una crisis de primer orden de gobernabilidad, hasta de democracia.

Esta era su oportunidad y no la desperdició. Las primeras leyes de empleo y la victoria sobre el NUM (National Union of Miners, el sindicato minero) de Arthur Scargill reafirmaron que la fuente del poder político del país es el Parlamento, en aquel entonces una intervención crucial. Pero se pasó de rosca sin control. Los sindicatos en un marco adecuado son un medio vital de dar voz a los empleados y proteger los intereses de los trabajadores. La flexibilidad del mercado de trabajo – contraseña para la desindicalización y eliminación de derechos de los trabajadores– se ha convertido en otro mantra thatcherista que oculta de nuevo la complejidad de lo que se precisa en el mundo del trabajo: dar voz al empleado y compromiso, habilidades y adaptabilidad. Cuando abandonó su cargo, el 64% de los trabajadores del Reino unido carecía de cualificaciones profesionales.  

Lo mejor que puede decirse del thatcherismo es que puede haber sido una escala necesaria, aunque errada, en el camino de nuestra reinvención económica. Resolvió la crisis de gobernación, pero demostró luego que el simple antiestatismo y las soluciones en favor del mercado no funcionan. Necesitamos hacer cosas más sofisticadas que controlar la inflación, reducir la deuda pública, hacer retroceder al Estado y afirmar las "fuerzas del mercado".

El gobierno de coalición está desarrollando estrategias industriales de nueva planta, reformando el sistema bancario y reintroduciendo el Estado como – como socio vital – en terrenos como la energía. Por todas partes aparece un nuevo pensamiento. Por ejemplo, en el noroeste de Inglaterra, una comisión presidida por Lord Adonis, de la que yo era miembro, recomendó recientemente la introducción de facto de la autoridad metropolitana en Newcastle, abolida por Thatcher. Coordinaría el incremento de la inversión en habilidades y transporte en el conjunto del noroeste, junto a la consecución de mayor financiación. Y quiere que la forma de asociación económica local trabaje en el mismo edificio que la nueva autoridad combinada propuesta, impulsando una revolución en la innovación y la inversión. Esta compleja interacción de lo privado y lo público que está tratando de desarrollar la comisión está a años luz de Thatcher…y es ampliamente aceptada.

La verdad es que la emperatriz está desnuda. El funeral del miércoles es un tributo al mito y la hegemonía conservadora que creó. Si a la familia real le preocupa, según se ha informado, que todo esto acabe resultando desmesurado, no le falta razón. Thatcher aprovechó un momento de ingobernabilidad que, dicho sea en su favor, logró solucionar, y le vendió luego a su partido y su país una propuesta simplista y falsa. El aplastante triunfo conseguido por Blair en 1997 vino a desafiarlo, pero Blair no entendió entonces y sigue sin entender hoy lo que daba a entender ese mandato. La fuerza de los acontecimientos nos obliga por fin a seguir en movimiento. Pero Gran Bretaña se ha visto debilitada, más que fortalecida, por la revolución que ella desencadenó.