Por: Julio
Schiappa Pietra
¿Es México el
espejo en que debemos mirarnos los peruanos al borde de un abismo de crisis
empujada por la droga y el crimen? No
parecía, pero con 7 cárteles mexicanos actuando en Perú, con la generalización
de la violencia y la exportación de coca en aumento exponencial, parecemos charros maleros del mero, mero.
IGUALA-CHICLAYO
¿No se parecen como una gota de agua el Alcalde de
Chiclayo, “Beto” Castro y su novia Katiuska, a la pareja mafiosa de Iguala
adonde mataron a 43 estudiantes?
Sólo faltó tiempo para que se consolidara la unidad
mafiosa entre esa autoridad y el “Viejo Paco”, alias de Angel León Arévalo, Jefe de la Banda La Gran Familia, que actuaba
desde Tumbes hasta Huaral siguiendo el modelo mexicano de control de poder y
territorio. Su imperio abarcaba 9 Regiones.
El escenario de policías corruptos, jueces y fiscales
“archivadores”, le sirvió muy bien al Alcalde Torres para evadir procesos de
revocatoria y montar su organización corrupta. Tambien a “Viejo Paco”, en los negociados de manejo de Sindicatos
ilegales, licencias de construcción, canteras ilegales, tráfico de terrenos.
“Viejo Paco”. atendía todas las noches en un restaurante de la Plaza de Armas
de Chiclayo, adonde llegaban policías, jueces, funcionarios municipales y
delincuentes para tratar sus asuntos. Abiertamente, como en Iguala, adonde el
crimen no se oculta.
Era tanta la infiltración en la policía local que
cuando el Grupo Génesis aterrizó en un avión militar para llevarse al Coronel-Topo, Jorge Linares Ripalda
sus secuaces , descubrieron que todo el equipo de inteligencia de la región
policial estaba coludido con los secuestradores de “La Gran Familia”. Los celadores
eran ya soldados del crimen.
La mexicanización del crimen y de la sociedad peruana,
está en marcha.
Las iniciativas
de l Presidente Ollanta Humala, de golpear preventivamente a estas bandas de
criminales y corruptos, los han puesto a
la defensiva temporalmente. La dosis de activismo psicosocial del ministro
Daniel Urresti lo han vuelto el alma de la batalla que las comunidades desesperadas reclamaban.
LEGALIZAR LA
DROGA, ACABAR CON LOS NARCOS
Todas estas son acciones tácticas, pero no golpes
estratégicos ,mientras no cambiemos radicalmente de política respecto a las
drogas. Tomar una decisión estratégica y soberana en este campo es decisivo
para Perú y también para México.
La economía criminal, gracias a la droga, ha crecido
entre 7 a 9 veces con relación a los años 90, generando 168 mil millones de dólares y 15% del PBI
latinoamericano. En el caso de El
Salvador y Colombia, la economía criminal llega al 25% de sus PBI en cifras de
hace 5 años. México y Perú andan hoy por los dos dígitos según varios estudios.
Estados Unidos, que ha legalizado la marihuana en
algunos estados, señala un claro derrotero a seguir. El control del suministro y la distribución, es la clave para impedir
que la venta en las calles genere imperios criminales que tienen mas plata que todas las policías
juntas de América Latina. Es la diferencia entre concebir el tema de la drogas
cómo un grave problema de salud pública frente a la penalización y
criminalización.
Uruguay, con el Presidente José Mujica, también siguió
un curso similar con buenos resultados, demostrando que ésa es la lógica a
seguir para la coca, heroína y otras drogas de origen químico.
Según muchos
expertos la legalización con campañas de
alta presión contra el consumo, pueden dar resultados similares a la lucha
contra el cigarrillo y el alcoholismo. La intolerancia al tabaco ha tenido
resultados espectaculares en Perú y muchos otros países. Cuando en cines,
aviones y restaurantes te botan a la calle por fumar, los viciosos son
reducidos a una minoría extrema. ¿Por qué no hacer la pinza de control social y
tratamiento médico con las drogas duras
A pesar de los
esfuerzos del estado y gobierno peruanos la droga se ha vuelto un canal de
multiplicación de la violencia y el riesgo, mientras los países desarrollados
no bajan sus altas tasas de consumo. Bajar este riesgo es la misión del estado
y ha llegado la hora de bajarle la palanca a políticas que soplan la pluma en
nuestra dirección, sin una verdadera corresponsabilidad
MUJER DEL ALCALDE DE IGUALA |
KATIUSKA-CHICLAYO |
Desde 1993, cuando el cártel de Cali, asesinó al
primer Sánchez Paredes, quien se había pasado al bando mexicano, las rancheras
reemplazaron, poco a poco, a la cumbia en la dialéctica criminal de la droga.
Proceso lento y seguro, sin pausa y sin prisa, que marcó el salto del menudeo a
la exportación por toneladas y por los puertos de millones de dólares en
exportación no tradicional.
Factores internos como un imparable deterioro
institucional y la ausencia de planificación de la inversión pública, la
descentralización del poder en archipiélagos , un crecimiento económico tanto
en el sector formal como en el informal, así como la terrible secuela de violencia
generada por Sendero Luminoso, unidos al desborde popular informal en actividades
económicas como la minería artesanal o la invasión del suelo urbano, fueron el
fogón que cocinó la incontrolable situación actual. No puede seguir si queremos
ser un país viable.
Mary Kaldor , habla de guerras adonde se mezclan
conflictos con la subversión, con la violencia criminal, la economía ilegal y
los conflictos entre estados o grupos políticos, como el signo de los
conflictos del siglo 21.
Los conflictos se resuelven precisamente para que no siga la guerra. Legalizar la
droga, es como ponerle fronteras a un país y permite parar los cañones y
fusiles. No queremos ser Iguala.